Curioso concurso

Este forajido ha ganado algún que otro concurso literario, y tiene la costumbre de consultar de vez en cuando las convocatorias de estos premios. A veces hay cosas de lo más curioso. Pero lo que he visto me ha dejado anonadado.

Un despacho de abogados llamado Separalia (el nombre lo dice todo) ha convocado un concurso de relatos cuyo tema ha de estar "relacionado con una crisis matrimonial". Hasta aquí, todo normal, por más que sea un poco extravagante. Lo gordo viene con los premios a los ganadores del concurso. Copio ese punto de las Bases:

- Se establecen dos premios: El primero consistirá en la tramitación gratuita de un procedimiento de divorcio, para el ganador del certamen o de la persona que éste designe (quiera ésta o no quiera), o su equivalente en metálico [...] El segundo premio consistirá en la tramitación gratuita de un procedimiento de divorcio.

Por mucho que uno intente no hacerlo, es irresistible la tentación de tomárselo a broma. Pero es serio. Véase la curiosa expresión de que el divorcio de una tercera persona se tramitará "quiera ésta o no quiera". Suponemos, por lógica, que se referirá a que no quiera aceptar el pago, no a que no quiera divorciarse. Sería curioso que uno pagase el divorcio forzoso al matrimonio de la puerta de al lado, una familia feliz obligada a disolverse. Y, para colmo, el peculiar concurso ha publicado sus bases en la página web de un Instituto. Suponemos que los estudiantes no están en edad de divorciarse, pero quizá quieran pagarle una separación a sus papás para cobrar dos pagas.

Más allá del humor, ésta es una prueba del camino que seguimos. La frivolización sobre la familia, la pérdida de la consideración más elemental hacia la célula social básica, debería hacernos reflexionar. Más que nada porque, según el Instituto de Política Familiar, por cada cuatro matrimonios que se realizan en España se divorcian tres. Se produce un divorcio cada 3,7 minutos, 16 cada hora y 386 divorcios al día (si la calculadora está mal no soy el responsable). Vamos, que la cosa es para tomársela en serio. Yo, al menos, creo que es más importante que la crisis económica. Y -no digamos- que la Alianza de Civilizaciones o el revival guerracivilista. Occidente se está suicidando y no nos damos cuenta.

En fin, para compensar, escuchemos esa canción que pone a algunas de tan mala leche:



PD: sí, ya lo sé: no he escrito nada sobre el Congreso de Valencia ni sobre la victoria de España en cuartos. Pero es que los exámenes aprietan, y los descansos a treinta grados no animan a encender el ordenador. Seguro que usted, querido lector, sabrá disculpármelo.